Es un lunes por la tarde, veo una niña de unos siete años sentada en la mesa escribiendo aplicadamente, me acerco a ella para conocerla:
-Hola, soy Anna… ¿Tú cómo te llamas?
– Soy Marta, y soy disléxica…
¿Tú como te quedas con una presentación así? Yo asombrada y apenada a la vez. ¡Una niña de siete años directamente presentándose autoetiquetada, identificándose con unas características que unos adultos le contaron!
Escucha el podcast sobre este tema con Anna Lenhardy y Luis Rodero para tener una visión más completa de las limitaciones de las etiquetas!
Cuando la pregunté qué quería decirme con aquello de ser disléxica, empezó a enumerarme un montón de cosas que le pasaban por tener disléxica, seguramente, algunas de las cosas que decía ni las comprendía, pero… ¡ella era así! (eso pensaba con mucha seguridad).
Tras eso, resultó que por ser disléxica había cosas que no podía hacer, como escribir correctamente. Y la realidad es que eso no lo decía porque lo hubiese intentado y hubiese buscado formas de encontrar una solución a eso, sino porque ya ‘sabía’ que ella eso no lo podría hacer bien porque se lo habían dicho (por ser disléxica) y por ese motivo en el colegio la permitían escribir con errores ortográficos.
Y como este he visto muchos casos: estudiantes que llegan y quieren que directamente les excuses de hacer las cosas mal porque ‘ellos son así…’ (Estudiantes con TDH, dislexia…).
Este es un gran daño que causa el etiquetar a las personas: que se lo creen, que actúan en base a esa creencia y eso esta limitándoles realmente en el pleno desarrollo de sus capacidades.
Me entristece ver a niños que pierden mucha de su chispa porque al creerse su etiqueta sienten que son distintos, son menos que otros, se introvierten más. Seguramente habrá excepciones, pero eso es lo que he percibido en los casos que me he encontrado.
Todos somos seres humanos con grandes capacidades a desarrollar. Eso depende principalmente de uno mismo, de nuestra actitud en la vida. ¿Acaso importa que escriba siempre B en vez de D?, ¿Por eso voy a dejar de poder hacer grandes logros en mi vida?, ¿O es tan malo tener mucha energía (hiperactivo)?, ¿No será que lo que hace falta es buscar cómo sacarla correcta y eficazmente, o que lo que me cuentan me aburre y necesito otra cosa que me llame la atención a mi (no lo que quieren imponerme a aprender)?

Dislexia, TDHA, Bipolar… ¿Te has preguntado qué es realmente una etiqueta? Es algo que sirve para identificar cosas, para clasificarlas. Y nosotros los seres humanos estamos permitiendo que nos clasifiquen.
Me pregunto, para qué se hace: ¿Para tratarnos de formas especiales?, ¿Para que nos vean diferentes a ‘lo normal’?, ¿Para darnos medicaciones especiales?, ¿Quién gana con esto?, ¿Qué hay detrás de este afán cada vez más grande de poner una etiqueta a los niños?
Es importante e interesante que nos respondamos a todo esto.
No necesitamos etiquetas, solo irnos conociendo y aprender a sacar lo mejor de nosotros mismos. ¡Nadie tiene derecho a decirnos qué somos, ni cómo somos!